sábado, 17 de noviembre de 2012

Samurais de aquí


     La palabra samurai generalmente se utiliza para designar a los guerreros del antiguo Japón, aunque su verdadero significado es “el que sirve”. Todo lo contrario de lo que va significando en España la palabra político: “el que no sirve”.  Los samurais antes de caer prisioneros o antes de que su nombre se viese de boca en boca y de mano en mano como “la falsa monea”, se suicidaban haciéndose el hara-kiri. O el mata-hari como dice mi colega Cipriano alias “trueno gordo”. Se quitaban de en medio ante la vergüenza de rendirse y caer en una vida de deshonor. O de caer en deshonor aunque no se rindieran. Como en España. Inasequibles al desaliento la clase política cae en deshonor sin rendirse, a cada minuto y se regodean de ello. Aquí como el hijo de la vecina sea muy listo y tenga la suerte de llegar a político, se le ponen los ojos en blanco y empieza a dar chillidos de euforia como un niño en una juguetería. Que si comisiones por aquí,  que si recalifícame la huerta de papas que tengo y me la pasas a suelo urbano, que ya te pasaré un pellizco. Para pasar a la posteridad el político patrio se suele hacer un aeropuerto en su pueblo o cerca de su casa. En Alemania hay 18 aeropuertos y están el doble de habitantes que aquí. En España ya vamos por 50. Si hubiera cien provincias habría cien aeropuertos. Aquí a cabezones y a gilipollas no nos gana nadie.  Los mismos que se han dado cuenta de que la gente con honor se suicidaba y empezaba a salir en la tele porque les desahuciaban. Han parcheado una ley hipotecaria que no han tenido las agallas de tocar en más de un siglo, para que familias con hijos no se queden sin casa. Como diciendo no os suicidéis todavía que no os vamos a quitar vuestra casa. Una condición de la nueva remodelación de la ley hipotecaria es, entre otras, que la familia en cuestión debe tener hijos con menos de tres años para que no los echen a la calle. Si el hijo tiene más de tres años ya son sospechosos de tener casa propia y  son carne de deshaucio. Parece que un niño con cuatro años es un privilegio que te saca las castañas del fuego. Pero qué hijos de puta. Qué chapuceros. Esto se va a convertir en un país sin medias tintas. En un pais con dos clases de personas: las que son políticas profesionales y las que no. Es triste pero es así.

      Todavía me encuentro gente por la calle o por otros sitios que son trabajadores con más de veinte años de experiencia ininterrumpida en la empresa privada o en la pública, da igual, que dicen desde su aurea mediocritas que ellos no creen en las huelgas generales que bastante tienen con que les quitan la paga de navidad o que la vida se ha puesto muy mal para que les quiten un día de sueldo. No saben que son unos privilegiados por tener un trabajo. Un trabajo de mierda valiosísimo. Una migaja de pan en el suelo. Eso es lo que tienen. Pero tienen algo. Hemos llegado a tal punto de hipocresía que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Por poco que sea. Que le pregunten a los seis millones de parados o a los que van a los comedores sociales a comer y que hace unos años ganaban un buen sueldo. Que le pregunten a esos que hace unos años se reían de los mileuristas y que ahora ojalá fueran mileuristas.

     Pobres políticos. Si es que en el fondo dan pena. Piedad. Les echamos la culpa hasta de la lluvia como los italianos cuando llueve y dicen entre dientes, mirando al cielo: “porco governo”. Otros políticos son especialistas en huidas hacia adelante como elefantes en cacharrerías. Destrozan la sanidad pública y la educación pública cerrando hospitales y mandando maestros al paro y se envuelven en banderas e ideas nacionalistas para cegar al pueblo con las luces largas y el altavoz del nacionalismo secesionista en la oreja, pero en plan utopía, mayo del 68. Olvidan por completo que Cataluña no sería nada sin los trabajadores NO catalanes que la levantaron en los 60 y en los 70. Por no mirar un libro de historia catalana con familias reales catalanas y todo.

      Otra característica de políticos de toda latitud y cuna es que en vez de corazoncito tienen una cuenta en Suiza. Son más bien ya políticos cinturón negro cuarto dan, de parlamento autonómico para arriba. La cuenta en Suiza es inherente al político de primera división. Va con su manual de instrucciones por si algún día lo empapelan. Hace unos años en China fusilaron a un ministro de sanidad por corrupción. No abogo por la pena de muerte pero si es que aquí ningún cabrón se suicida porque le faltan huevos. Mis respetos para la gente con honor y mi desprecio para los inútiles. ¿Alguien ha dicho Senado?. Ojo que el 90 % de la calle piensa lo mismo.

      Aristóteles decía que el hombre es un animal político. Sin embargo en los tiempos que nos ha tocado vivir la frase de Hesíodo es la acertada: El hombre es un animal que come pan. Y punto. No hay más. Porque cuando falta el pan empiezan a llover las hostias. Hay días en los que te levantas cabreado y encima llueve.  Son días de furia que no salen en los mapas del hombre del tiempo.

 
                                                          
                             José Miguel Casado ©