miércoles, 4 de enero de 2012

La Toma de Granada

“Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy muy seguro.”

                                                                                                                                   Albert Einstein




      El día 2 de enero en Granada es una carrera hacia la meta de la imbecilidad más absoluta. Un día 2 de enero de 1492 el rey Boabdil capitula y entrega las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos. Desde el siglo XIX se conmemora esta fecha con un tremolar de banderas desde el balcón del ayuntamiento y con la parafernalia propia de cualquier efeméride histórica de cualquier ciudad que ame su historia. Entre las filas de los maceros desfilando, soldados y el alcalde con los concejales, se encuentran tres bandos. Los de extrema izquierda, los de extrema derecha y en medio los de la gente normal que se pasan por la plaza del Carmen o que están de paseo con la familia como cualquier día festivo. El coro de los illuminati de la extrema izquierda voceando su verdad por un lado de la plaza e identificados y confundidos con ideas y banderas independentistas, perro-flautas, anti-sistema o como queramos ver al circo y a los payasos. Se ponen del lado del progreso y del pobre musulmán magrebí expulsado por los fascistas reyes católicos. Ojo con llamar a los musulmanes, moros ya que es una palabra también del glosario fascista. En el coro de los otros illuminati de la extrema derecha nos encontramos con los ociosos abuelos cebolletas cantamañaniles que cara al sol y brazo en alto ladran la vuelta de Isabel y Fernando y del pequeño ruiseñor. Todo ello con sus banderas preconstitucionales y sus camisas oscuras del siglo pasado. Total. Una vergüenza. Sin embargo aunque en el siglo XV los Reyes Católicos expulsaran a los moros y se cargaran hasta al apundador, era el siglo XV y las guerras se hacían así. Si Boabdil no hubiese sido expulsado a su tierra, Granada a lo mejor hoy sería otra provincia de Marruecos ¿no?. Los 300 espartanos dieron su vida en el desfiladero de las Termópilas pero antes hicieron albóndigas con los persas que representaban no solo a los malos sino a la peor idea de todas: el fanatismo. Que no quiero ser demagogo pero la historia es así aunque luego no le guste a los que viven cómodamente, sean de la izquierda mora o de la derecha racista, en un país democrático cinco siglos después. Cualquiera de Málaga, de Jaén o de Australia que estuviese de vacaciones en cualquiera de los múltiples hoteles de la ciudad más turística de España, se preguntarían ¿Pero qué espectáculo es este? ¿Es que en esta ciudad se han vuelto todos gilipollas?. Para más inri matan al mensajero y le parten la cara a un periodista por ser de un medio determinado y no de otro. Me da igual del medio que fuera el periodista. Es una auténtica aberración y una vuelta al pasado más cavernícola cargarse derechos fundamentales como la libertad de expresión. Que no estamos ni en el Congo, ni en Irán, ni en México, ni en Rusia.

                                                                              José Miguel Casado ©


1 comentario:

  1. muy buena forma de empezar el año, como cualquier otra...los saltos de esqui o el concierto de año nuevo, aquí sacamos los fachas a pasear.

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