lunes, 19 de septiembre de 2011

Clases medias

     Miserias humanas de ayer y de hoy, presenta…Así más o menos sería el encabezamiento de la dosis mediática política que nos zampamos cada media hora por tierra, mar y aire. Tenemos una clase dominante que visto lo visto, los cuadros de Goya se pueden quedar como un tebeo de la familia Cebolleta. Los dos hombres enterrados hasta las rodillas dándose garrotazos. ¿Serían de clase media?. La clase dominante es lo que es. A la clase dirigente le embriaga de tal manera el poder, que pierden el oremus en cuanto ven un micrófono y se tiran en picado, como un kamikaze japonés en Pearl Harbour, para decir soplapolleces y cosas cercanas a la pena de guillotina. Los antiguos griegos los llamaban “Aristoi” traducido como “los mejores”. Si levantaran la cabeza los antiguos griegos y vieran los aristoi que tenemos en España. Inciso: mientras los antiguos griegos no vean la clase dominante que tienen hoy en día en Grecia, mejor. Resulta que el gobierno aprueba una ley de patrimonio en la que los que tengan más de setecientos mil euros deben tributar más a hacienda. A raíz de esto la tele es un festival de desatinos y cuadraturas de círculo variadas en formas y tamaños. El presidente de los empresarios madrileños Arturo Fernandez, es un señor que dice que esa ley es una faena a las clases medias, que un trabajador como él que lleva toda la vida en el tajo puede tener ahorrados esos setecientos mil euros y tiene que pagar un impuesto a todas luces injusto. Palabras textuales. Los ojos se me salen de las órbitas y de las gafas. Las rodillas me tiemblan como una vieja tahúr de 85 años pillada haciendo trampas en una timba ilegal. Hace falta tener la cara como el cemento armado para, además de los euros, apropiarse del término clase media como una rémora a un tiburón y decir que una vez más las clases medias somos las que pagamos la crisis. ¿Clase media es tener setecientos mil euros ahorrados además de una cuenta corriente para los gastos del la compra?. La presidenta de Castilla-León dice que una vez más las clases medias “somos” las que pagamos la crisis. Lo de “somos” lo dice ganando más de cuarenta millones de las antiguas pesetas al año. ¿Se puede tener de nuevo la cara más dura que el Cristo de Corcovado igual que en el caso anterior?. Por lo menos Emilio Botín, presidente del Banco de Santander, ha dicho un lacónico “no me gusta” al ser preguntado por esta ley. No se ha metido en jardines. El apropiamiento indebido del término “clase media” por parte de los poderosos es algo escandaloso. Es un robo en toda regla. Es un robo que alguien con más de setecientos mil euros de patrimonio se considere dentro de la clase media. Punto. Va a resultar que ese término es más extenso que el “término municipal” de Groenlandia y como hay mucho espacio, pues cabemos todos. ¿Saben los ricos el trabajo que cuesta pasar de clase baja a clase media? ¿Saben que desgraciadamente todavía hay clases y que siempre las habrá? Parece que no. Al contrario de lo que crean hay diferencias entre una y otra. La ley de patrimonio es una ley que servirá para recaudar más de mil millones de euros que a lo mejor sirven para subvencionar empresas para que den empleo, para comprar libros o para hacer escuelas. Menudo despliegue de demagogia esta ley ¿no?. Lo malo es que lo van a recaudar las autonomías. Es decir la que quiera lo hará y la que no quiera pues no lo hará. No entiendo nada. No quiero soltar la presa sin apuntar el caso del director del aeropuerto de Castellón. El pobre hombre gana más de ochenta mil euros al año (más que el presidente del Gobierno). Hasta aquí todo hasta cierto punto normal. Con la única salvedad de que es director de un aeropuerto en el que no aterriza ni despega ningún avión. Una obra que los Aristoi de Castellón (como el inefable Fabra) se empeñaron en dejar para la posteridad como guinda a una gestión brillante, con un gasto de muchos millones de euros, lo que pasa que no tiene aviones y a lo mejor es inviable. Pero este hombre sigue con sus ochenta mil euros al año dirigiendo un aeropuerto sin aviones y sin salir, según el ránking de los ricos, del modesto club de la clase media española. Ahora tenemos a huevo ver lo que ganan las Leires Pajines, los Rajoys (por cierto gana más que Zapatero), las Cospedales y los Bonos, entre otras hierbas, con la acertada medida de hacer público el patrimonio de diputados y senadores. Lástima que no tengamos claro lo que ganan algunos consejeros delegados, que tienen un extraño don para atraer hacia sí a las grandes empresas y que tienen varios cargos a la vez. Véase Aznar, etc. En fin, que el apropiamiento indebido del término “clase media” por parte de los ricos es un robo de cartera y con la dichosa crisis a la verdadera clase media trabajadora de toda la vida, es a la que nos están poniendo el ojete como la bandera de Japón.



                                                                                                            José Miguel Casado García ©






3 comentarios:

  1. Qué bien explicao por diosss...casi que te voy a proponer para que les des una clase magistral a esos Aristoi que no se enteran si son de la clase media o pillan la alta de refilón, pobretes!
    Genial!
    Intuición.-

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