lunes, 14 de noviembre de 2011

Nos vemos en Marte

              Un astrónomo inglés calcula que la probabilidad para que conquistemos otro planeta antes de cargarnos el nuestro es del cincuenta por ciento. El inglés dixit. La historia universal corre paralela a la carrera espacial como una huida hacia adelante permanente. Hacia un progreso inexorable. Es otra batalla que hay que ganar pero que puede durar siglos. No nos queda más remedio después de superar ya los 7.000 millones de terrícolas que rezar para que a algún lumbreras no se le ocurra apretar el botón nuclear y salir pitando no ya a la Luna sino a Marte. Es el planeta más parecido a la Tierra y el más próximo. Antes de destruir la Tierra tenemos que tener resuelta por lo menos la próxima estación en la que bajarnos porque si no, nos vamos todos a hacer puñetas sin escapatoria. El 4 de noviembre pasado, regresaron los seis tripulantes de un vuelo tripulado (simulado) a Marte. Tras abrir la puerta, hablan de su ostracismo voluntario de 520 días. La cosa parece un chiste. Un ruso, un francés, un chino, un italo-colombiano, etc. Los tripulantes estuvieron en la “cabaña marciana” porque era lo más parecido a una casa de madera de Ikea, pero con la puerta y las ventanas cerradas. Aunque estuviesen en el Instituto de Problemas Biomédicos de Moscú. Han señalado que para sobrellevar año y medio encerrados fueron vitales las sesiones regulares de ejercicio, la lectura, aprender idiomas y sobre todo mantenerse ocupados con más de cien experimentos científicos llevados a cabo. El italo-colombiano leyó a García Márquez, el francés tocaba la guitarra eléctrica, jugaba a las cartas y aprendía ruso, mientras el chino hacía caligrafía, leía libros de historia y daba clases de mandarín a sus compañeros. Todo esto con internet, claro. Una especie de “aquí no hay quien viva” pero multicultural. Acabaron hablando una mezcla de ruso e inglés. Rusglés. La verdad es que hay que estar bien preparado física y mentalmente para controlar todo lo que les pasa sin ningún peligro psicológico y sin ningún atisbo de crisis de identidad y roles cambiados. Imaginemos que cuando llegan a Marte o a la Tierra el chino dice ¿yo era el colombiano, el ruso o el padre del ruso? Y el ruso ¿yo era el americano o el francés?.Y así toda la tripulación. Como todos hablan el idioma de todos eso era un sin dios. La freidora con calamares a la romana que se incendia y que lia una humareda enorme ¿qué hacemos Dimitri? ¿abrimos la ventana de la nave?. Hala todo lleno de materia oscura y neutrinos. Con lo que eso mancha. Supongo que para un viaje de dos años de ida y dos de vuelta no comerán comida liofilizada. Por otro lado y sin que sirva de precedente, días después del regreso de los seis héroes, la agencia espacial rusa Roscosmos lanza desde el cosmódromo de Baikonur en Kazajistán, la estación interplanetaria Fobos-Grunt. Se dirige hacia la luna marciana Fobos, pero por el camino, se escacharra. Tras intentar arreglarla a distancia, tenemos que esperar otra vez mirando al cielo como temerosos de una plaga divina a ver si nos cae en la cabeza otra vez, el dichoso ingenio ruso. Así que en diciembre tendremos pedrea de once toneladas de acero y varios productos tóxicos como el tetróxido de nitrógeno. Cuando no es una sonda es una estación espacial entera. Menos mal que siempre cae en el Pacífico. 170 millones de dólares que caen al océano. Lo malo es que no tengamos preparada una nave fiable hasta mediados de siglo y un asteroide nos dé un chinazo antes y nos descalabre a todos. Como si es un pedo nuclear, un desastre natural o un desastre biológico como nuevas cepas de enfermedades. Paisaje para jiñarse vivos. Somos tan fuertes como una hoja seca de árbol. La raza humana es como un niño que deja los deberes para el final. Un día cualquiera de junio del año 2064 hacia las tres menos cuarto de la tarde. Calor que derrite el asfalto de grafeno-antigravedad . Siesta con aire acondicionado de sabores. En el horizonte se ve un destello. El asteroide mortífero toma contacto con la atmósfera terrestre y el astronauta sigue arreglando la nave que nos llevará a Marte. –Manolo date prisa con el cigüeñal, que ya viene el peñasco por el horizonte. Los hermanos Marx en Marte.

                                                                           José Miguel Casado ©





1 comentario:

  1. Una apreciación puñetera: el neutrino lo mancharía todo ANTES de abrir la escotilla... ;) algo así como las próximas elecciones que ya han ganado antes que votemos.

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