domingo, 28 de octubre de 2012

Un respeto

          En la maltrecha cosa que tenemos por país, nos estrellamos cada vez que viene el recibo de la luz, el recibo del agua, cada vez que vamos al cine, cada vez que compramos un libro o cada vez que viene esa sentencia a muerte que es la letra de la hipoteca. Será un via crucis cada vez que nuestros niños pasen de curso, cada vez que nos examinemos 50.000 para una plaza de enterrador, cada vez que aprendamos una lección nueva, cada vez que vayamos a pagar las tasas de la universidad o cuando terminemos la carrera y nos pongamos a buscar trabajo desnudos. Ni hablar ya de los que empiezan a buscar curro a los dieciocho. Cada vez que un partido diferente al anterior gana unas elecciones generales coge a la educación y la manosea y la soba como quiere, abusa de ella como le da la gana y se la pasa por la piedra a su antojo, inoculándole sus virus, su historia, sus colores y sus reyes favoritos. Y cuando gana el otro pasa lo mismo. No les sale a ninguno de los huevos llegar a un acuerdo de estado (no tengo ganas de poner estado con mayúscula)  y concebir una educación consensuada y lozana que dure por lo menos dos lustros. No les entra en la cabeza a estos políticos ricachones, gilipollas y cobardes como pocos en la historia de España y que veo como aquel Fernando VII que vendía España a los franceses y que tenía al pueblo pasando hambre como ahora. Hoy hay que bajarse los pantalones ante “la troika” y la jefa alemana de ese centro comercial que se llama Europa.
      En el mercadillo del congreso se venden presupuestos sociales “los más sociales de la historia” ministro Montero dixit. Cifras como más de 350.000 familias deshauciadas desde que empezó la crisis. Jueces que ya por fín le llaman la atención a los bancos. Pero solo eso, les llaman la atención. Cifras como seis millones de parados pero vistas con optimismo porque es una cifra que crece muy lenta gracias a la recuperación económica. Con el optimismo de unas ministras que a final de cada mes les dan un cheque con casi diez mil euros por lo bien que lo hacen. Cifras como las que un diputado con cerebro de rata le ha exigido al ministro: 16.000 millones de euros con cargo al dinero de todos los españoles para financiar la independencia de Cataluña. Ve a tirarte urgentemente por una ventana so payaso. O esas “personas humanas” eurodiputadas españolas que firman una carta para exigirle a su gobierno español que no tenga la tentación de invadir Cataluña con tanques y aviones. Dimite la pava como secretaria general de los socialistas “españoles” pero se queda con el cargo de eurodiputada rasa  para cobrar los siete mil eurillos de sueldo al mes y que no se le acabe el chollo.  Más payasos para el circo de los políticos. El Senado y el Parlamento europeo son el refugio de todos los inútiles acabados de la política española y que ya han pasado por el Congreso y tienen que seguir mamando de la teta de esa vaca moribunda que se llama España, mientras más de un millón de familias tienen a todos sus miembros en paro y la gente se suicida porque el banco les quita la casa. Años de aplazamiento para grandes bancos en quiebra que junto a sus directivos roban miles de millones euros, mientras que para el pueblo una llamada telefónica un día antes para que dejes tu casa porque mañana van a ir a quitártela por deber 60.000 euros. El otro día vi por casualidad un billete de mil duros y me entró una morriña tan tremenda que se me saltaron hasta las lágrimas. Lo comparé con un billete de cincuenta euros y fue como comparar a un cuadro de Velázquez con un cromo. En eso que mi amigo Juan me dijo observando los dos billetes: Joder macho qué elegancia, que porte, qué hechuras, parece un título de propiedad al lado de un tebeo de la familia Cebolleta. Confucio decía que aprender sin reflexionar es malgastar energía. Me viene a la mente ese 2 de mayo de 1808 de un pueblo indignado machacando con navajas y palos a unos franceses armados hasta los dientes. No es lo mismo. No comparemos, son casos diferentes con dos siglos de diferencia, pero cuando a la gente le quitan todo lo que tiene, ya no tiene miedo porque no tiene nada que perder. Así que el que avisa no es traidor. Un respeto para el pueblo por si acaso.
                     José Miguel Casado ©
             

 

 

 

1 comentario:

  1. No se si estoy en lo cierto.Lo cierto es que estoy aquí. Otros por menos han muerto...

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