“De pequeño siempre quise tener un perro
pero mis padres eran pobres y solo pudieron comprarme una hormiga”
Woody Allen
Salir de una enfermedad aunque sea pequeña
es salir de un túnel de tamaño anatómico reptando como un gusano. Es duro.
Cuando decidí dar forma a una determinada idea estaba saliendo de una
bronquitis que por poco se convierte en asma. ¿Cuándo me he visto yo con un
inhalador?. Prácticamente todo lo inhalaba hasta el aire que respiraba. Por esa
época no tenía un céntimo –y sigo sin tenerlo- y hacía tres años que me había
quedado en paro. La verdad es que las crisis no perdonan, son monstruos sin
memoria que aplastan a la gente. Después de llevar a los niños al colegio,
hacer las camas, limpiar y cocinar, el poco tiempo que me quedaba era para
escribir, en casa o donde me pillara. En la calle se pillan muchas
enfermedades, miasmas, incluso ideas observando a la gente. Uniéndolo todo
intentas crear algo legible. Como dice un escritor consagrado, la realidad es
la materia prima con la que se hace la literatura. Indudablemente que la
enfermedad del folio en blanco también me asaltaba para llevarme al infierno de
la nada y al vacio creativo, pero las musas volvían. Renqueantes pero volvían.
Solo quiero escribir pero cuando más lo deseo más difícil es. Me ponía a pensar
en esos escritores, ya en la Arcadia, con despacho, secretaria y películas
basadas en sus libros y se me venía el mundo encima. Es como lo que estaba
viviendo en ese momento pero al revés. Qué sensación de aplastamiento más
grande. Lo mismo que cuando estás en el dique seco y vas llamando a una puerta
detrás de otra y todas se te cierran como por una inercia que no has provocado
y de la que es muy difícil bajarse en marcha. Ya le llamaremos. En la
televisión banqueros y políticos a mansalva amasando fortunas en A, en B o en
cualquier letra del abecedario, ambiciosos hasta la nausea y que no les importa
mentir a la gente con tal de seguir robando y cobrando sus sueldos durante el
mayor tiempo que sea posible sin dimitir. Hay que cotizar. Yo mientras tanto,
pensaba en asaltar un mercadona o un banco. Dios mío, estuve a punto de seguir
a un hombre con barba apostólica y con aire de santo que asaltaba mercadonas. Me
decidí por lo segundo. La cabra tira al monte. La musa atracadora de bancos se
me aparecía, todas las noches a eso de las tres menos cuarto la muy cabrona.
Después del susto y de preguntarle si no tenía reloj, me calentaba la olla con
lo del banco y lo del atraco y que después de analizar las diferentes opciones,
era lo mejor para mi. Por la mañana me
subía las mangas de la camisa y me ponía a idear un plan. Pero siempre
desistía. En el otro banco, el del parque, siempre hablaba de lo mismo con
algún amigo escogido cuidadosamente para el golpe. Luis, un jubilado de Renfe
que estuvo en la CNT, es el escogido. Iconoclasta de nacimiento, Luis tarda
poco en cagarse en los muertos de cualquier político, de cualquier institución,
o de cualquier inspector de hacienda o dogma de fe. A Luis le cabrea mucho lo
que pasa con los bancos y con los deshaucios porque además le han estafado
veinte mil euros con las preferentes y dice que si se manifiesta para pedir lo
que es suyo lo multan, con mil eurazos. Tiene cojones que vivamos gobernados
por unos ladrones, estafadores e hijos de puta -dice. Está que fuma en pipa. Yo
le digo que se calme, que parece Durruti. Él ya tiene controlado el banco donde
cobra la pensión. Cincuenta metros cuadrados escasos, con tres trabajadores,
cuatro si vamos temprano y nos encontramos a la de la limpieza, pero la
plantilla del banco son un director, y dos cajeras.
La cosa se queda, por ahora, en el banco del parque. Somos unos rajaos y unos
cobardicas. Intentamos pensar en otra cosa. Miro hacia el cielo y se me van los
pensamientos en qué nave es más rápida, si el Enterprise o el Halcón Milenario.
Por los auriculares de la radio oigo que alguien ha devuelto un monedero que se
encontró tirado en la calle con cincuenta y seis mil euros. Hay gente que se
merece estos gobernantes.
Jose Miguel Casado ©
Hacia tiempo que lo esperaba y... zas. Achtung.hoy, tras saber que Belen Esteban y Perez Reverte copan los primeros puestos literarios de este pais leerte me reconcilia con la especie. Gracias Casado
ResponderEliminargracias a ti Gustavo por estar ahí siempre
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