lunes, 30 de junio de 2014

EL PADRE MÚSICO



     El último día antes de las vacaciones de Semana Santa a las cinco de la tarde hacía un calor de justicia como todas las cinco de la tarde que tienen siesta. En el colegio para recoger las notas de los niños más calor aún porque el sol entraba inmisericorde de macetilla por las ventanas del aula de 4ºA. Foto panorámica de padres y madres sentados en mini sillas y mini mesas, todos muy serios y muy responsables esperando que la seño Maria Angustias acabe de hablar por teléfono con su madre. Sí mamá que te tomes las pastillas, no vayas a marearte y te pegas otro porrazo con la encimera. Y no salgas tanto. Venga mañana voy a verte que ya tengo vacaciones. Madres con abanicos y padres abanicándose con las manos o con lo primero que encuentran. Perdonad es que he estado hablando con mi madre, dice la seño Maria Angustias. Bien vamos a comenzar la reunión de lo que vamos a dar en la tercera evaluación, si no nos pilla el toro. La seño Maria Angustias está nerviosa porque no le gusta hablar en público y bebe agua demasiadas veces y le da vueltas a un boli con maestría circense con una de sus manos. Bien vamos a hacer un viaje a la Alhambra y otro a la granja escuela, ya os mandaré lo que vale cada uno y el que no quiera venir que ese día no venga al colegio. Una madre la mira aburrida con un niño recién nacido en los brazos y suplicando que la reunión acabe pronto. En matemáticas vamos a seguir con las fracciones y con las divisiones por dos cifras sin olvidar los problemas. Para problemas los míos piensa un padre que acaba de robar un bote de colonia de marca en El Corte Inglés y ahora tiene remordimientos porque las cámaras de seguridad lo han visto todo. Malditas cámaras, piensa. No lo volveré a hacer, lo juro. Ya lo ha hecho más veces pero no se puede resistir a la tentación y al chute de adrenalina que siente cuando coge lo que no es suyo.  Otro padre piensa que los demás padres son todos funcionarios menos él seguro, porque va con el mono blanco de pintor y los otros tan maqueados. Una madre se fija en lo maquillada y lo bien vestida que va otra madre. Hay que ver siempre va esta de peluquería, piensa. -Bien en música estamos con un poco de historia de la música... En esto que un padre con gafas y peinado con media melena y con la raya del pelo en el medio dice a la vez que levanta la mano: A mi me gustaría saber qué está dando mi hija en música porque siempre que le pregunto nunca sabe qué contestarme y cuando me contesta me dice que están dando las negras. Siempre están dando las negras, da igual el día del año que le pregunte que siempre están dando las negras. Los demás padres lo miran con sorpresa. Al padre se le infla la yugular porque se involucra demasiado en lo que dice y se nota que es músico de cámara como mínimo. Suda la gota gorda con la camisa de manga larga. La manía de las camisas de manga larga en verano. El padre sigue con su discurso de las notas musicales, sigue atrancado en las negras y en las semicorcheas cuando suena el móvil de la maestra. Perdonad es que tengo a mi madre mala. El padre músico se calma como saliendo de un Vivace-Presto y entra en un Adagio que lo serena y le hace mirar a su alrededor y captar las caras de todos los padres y madres que hay en el aula que lo miran de reojo y le dicen con las miradas, “vaya tela con el sabiondo este”. Mientras, la seño Maria Angustias termina de decirle a su madre que no confunda por segunda vez las pastillas moradas con las azules porque le va a dar un sueño de caballo donde la pille. La primera vez que se confundió y se tomó las pastillas del sueño, Morfeo la pilló en plena partida semiclandestina de brisca en casa de sus amigas. Entre el anís la Castellana que se estaban pimplando las abuelas y las pastillas de los nervios, tuvieron que transportarla al sofá porque se caía de la silla. La tutora vuelve a entrar en el aula después de hablar con su madre. El padre músico se prepara ansioso para volver a oir con los cinco sentidos a la tutora de su hija. Los demás padres quieren que el padre músico intervenga de nuevo porque han pasado un buen rato. Bien como decía –prosigue la seño Maria Angustias-  hablaré con la seño de música para que les indique un día de reunión con ella y ya le preguntan por donde van sus hijos en esa materia si tienen tanto interés. Creo que van por las negras...

                                                                                           José Miguel Casado ©

 

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