jueves, 2 de febrero de 2012

Justicia tuerta

          Desde que aquel inefable alcalde de Jerez dijo que la justicia es un cachondeo hace más de veinte años, la cosa no ha cambiado mucho. Nos ha tocado vivir a los de mi generación una época peor que la de nuestros padres en lo referente al empleo y la economía. Cinco millones y medio de parados y subiendo cuando escribo esto en enero de 2012. Lo peor de todo es que instituciones como la justicia están entrando en una crisis de valores y de resultados en la que el ciudadano de a pie se siente indefenso. Por lo menos yo. Los tiempos que corren son altamente nocivos para todos. Cuando digo todos quiero decir familias de clase media con hijos y con hipoteca. A la estatua de la justicia se le está curando la ceguera. Por lo menos, del ojo derecho. La dama de la balanza va a salir de carnaval con un parche en el ojo izquierdo, en su nueva condición de tuerta, vestida de corrupto capitán pirata. La crisis es un pastel que se presta a cierta demagogia y que salpica hasta a la justicia. Pedir justicia para unos padres que le han asesinado y violado a una hija es un acto justo y legítimo no un acto de demagogia. Es pedir justicia. Pedir justicia para un juez también es eso. Lo que pasa que pedirle algo a la justicia puede significar pedirle peras al olmo. Algunos dirán que se las arregle él solito. Pero estamos en un país de Caínes, de Sodomitas y Gomorritas y de cogérnosla con papel de fumar por si vamos de cabeza al infierno al instaurar la cadena perpetua. Un juez que juzgan en tres juicios diferentes por tres causas diferentes por si se escapa del primer toro que lo coja el segundo. Algunos juzgadores son ex compañeros suyos resentidos y corroídos por la envidia y la bilis. Cuando Garzón encarceló a media ETA, todos los partidos políticos estaban de acuerdo en decir joder qué bueno era. Que le pregunten a Federico Trillo que ahora rie los males del juez en silencio. Cuando Garzón abre proceso contra los crímenes del franquismo, qué hijo de puta y qué rojo es. Parece que es malo intentar enterrar en cementerios a cientos de miles de fusilados que todavía están en las cunetas de toda España y a los que sus familiares buscan desde entonces. Los buscan no como un acto político como algunos quieren que sea, sino como un acto humano de querer enterrar al padre o al abuelo en un cementerio por si quieren llevarle flores y llorar por fin frente a su lápida. En este segundo juicio, medio mundo se lleva las manos a la cabeza y a muchos se nos cae la cara de vergüenza de vivir en un país que persigue a los jueces investigan crímenes de guerra de una dictadura ya sea fascista o estalinista. Gracias a la acusación del “sindicato” fascista Manos Limpias en las que se ha dejado llevar por el juez instructor (otro ex compañero de Garzón) a modo de “poned esto en la acusación para que salga adelante”. La fiscalía y la defensa están escandalizadas y de acuerdo en que se ha atropellado a Garzón y la parcialidad del juez instructor. El primer juicio al juez juzgado, es sobre escuchas telefónicas “ilegales” de la trama Gürtel y encauzado por el juez instructor ex compañero del reo. Las supuestas escuchas ordenadas por el juez Garzón son en la cárcel entre acusados del caso Gürtel (de la que a estas alturas sólo tenemos la punta del iceberg) Correa y Crespo y sus abogados, pero no para desmontar su estrategia de defensa, como dice el abogado defensor lumbreras y ex compañero también de Garzón, que no puede ser más rastrero y resentido, sino porque los mismos abogados están implicados en movimientos de dinero de los acusados a paraísos fiscales. Cuando se hizo esto se habían detectado previamente movimientos de grandes cantidades de dinero de cuentas de los acusados a Suiza o Belize. Blanqueo es la palabra. El mundo entero está mirando perplejo con la boca abierta y con los ojos de más de 200 periodistas acreditados para seguir los juicios de la vergüenza. Sigo pensando en que la justicia se está recuperando de su ceguera severa y se ha quedado tuerta en un país en el que unos padres ven impotentes que el asesino de su hija no les dice dónde está el cadáver y sólo le caen veinte años de los que no cumplirá ni la mitad, unas fuerzas de seguridad atadas de pies y manos para hacer hablar a un asesino y violador, un juez juzgado por investigar los crímenes del franquismo, unos políticos que aceptan regalos a cambio de favores y no les pasa nada y un yerno del rey que se puede ir de rositas también porque viendo lo que está pasando a lo mejor se libra porque el delito prescribe o porque es rico y poderoso. Que por cierto telefónica le ha renovado el “contrato de trabajo” por cinco años más y a cobrar 1,4 millones de euros por año. Gastos de colegios de los niños aparte. Porque tú lo vales y por lo bien que lo has hecho. Y por tocarse los huevos a dos manos. No hay más ciego que el que no quiere ver. No quiero olvidarme del pobre Miguel Montes Neiro que sin tener delitos de sangre lleva en la cárcel desde 1976 y juegan a enseñarle el caramelo del indulto pero sin dárselo del todo. La justicia es igual para todos. Una mierda como el sombrero de un picador.

                                   José Miguel Casado ©

2 comentarios:

  1. Pero que grande tiene que ser este país para que pasen cosas como estas. Vivimos con escoria y lo peor es que quieren que nos acostumbremos a ella.

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