viernes, 24 de febrero de 2012

L I F E

                    Tengo en las manos un libro que acaba de salir de la editorial Lunwerg sobre los Grandes Fotógrafos de la revista LIFE. Una de las revistas más populares y longevas de la historia del periodismo que empezó su andadura en 1883 y hasta 1936 fue una revista de humor y de información general. De 1936 a 1972 fue una publicación semanal más centrada en el fotoperiodismo. Del año 72 al 78 fue una revista mensual que salía como números especiales, como mera revista mensual de 1978 al 2000 y como suplemento semanal de varios periódicos de 2004 al 20 de abril de 2007 en que cesó su edición impresa. Tras este breve resumen de la biografía de LIFE tengo que decir que hemos perdido una verdadera vida. El hueco dejado es tal que se nota el coste precioso y el significado de una vida con su desaparición. Pero deja el vacío de muchas vidas. Con permiso de la agencia Magnum, la revista LIFE albergaba en sus páginas desde una guerra hasta documentos tan impresionantes como por ejemplo los efectos de la gran depresión o la cara de una mujer al enterarse del asesinato de JFK. Muchos fotógrafos están hechos de una pasta especial. Los fotógrafos de LIFE arriesgaron sus vidas para llevar la intimidad al reportaje de guerra. Robert Capa que estuvo en Omaha Beach en los primeros desembarcos del amanecer del día D, dijo la frase: “Si tus imágenes no son lo bastante buenas es que no estabas lo suficientemente cerca.” Lo que significa exponerse al peligro. A un peligro que ellos consideran el precio que hay que pagar por una buena foto en una guerra. Evitando todo lo posible pagar ese precio, traspasar esa línea límite tan fina, depende de si estás a un lado o al otro y significa estár vivo o muerto. La vida o la muerte por muy pocos centímetros . Ese es el riesgo de sacar la foto de tu vida. Capa no murió en Omaha Beach bajo las balas alemanas sino en 1954 al pisar una mina terrestre en Indochina.

El libro de los Grandes Fotógrafos de LIFE es un compendio de imágenes que son un deleite, un lujo y un regalo para los ojos del observador. Toda persona con alma de fotógrafo, ama la fotografía. Los fotógrafos de LIFE son francotiradores de la cámara que con paciencia infinita esperan a que surja el momento, el instante preciso que pasa y que a lo mejor ya no se repetirá nunca. Aman lo que ven y les encanta estar allí para hacer lo que hacen. Así podemos ver cómo jugaban los niños en las calles de la Roma de los años 50, la infamia de los campos de concentración nazis, las caras de los desempleados de 1939, impresionantes imágenes de la guerra de Korea o Vietnam, la belleza plástica del ballet Bolshoi de Moscú o la cara de los niños que ven un teatro de marionetas en las Tullerías de París en 1963. Los fotógrafos de LIFE son los testigos de excepción en una guerra o en el día a día de un médico rural de la Norteamérica profunda de la década de los años cuarenta. No hay truco para tan buenas fotos. Solamente hay que pasar lo más desapercibidos como sea posible. La empatía es el corazón de la fotografía pero sin tomar partido en el hecho histórico. Así con la discreción de la humildad como única arma, podían sacar en la expresión de la cara de un soldado todo el significado de una guerra. Las fotos de LIFE son la personificación de la historia. Las fotografías de este libro son una ventana al pasado y a los sótanos del siglo XX. Por eso la imagen fotográfica es el ingrediente fundamental y objetivo del hecho histórico. Generalmente los que escriben la historia lo hacen desde su punto de vista. Así un hecho objetivo lo encontramos contado de muy diferente forma en unos libros o en otros, escritos cómodamente por historiadores desde un sillón sin poner en duda, claro está, el trabajo de investigación. Pero no es lo mismo. Muy pocas veces el historiador está allí para presenciar y describir objetivamente el hecho histórico en sí. Los fotógrafos de una guerra pueden pagar con su vida por dejar constancia de lo que han visto y lo que relatan sus negativos de ayer o sus tarjetas digitales de hoy. Esa es la verdadera y única historia. La imagen de lo que pasó es esa y no otra. Los Grandes Fotógrafos de LIFE es un libro de historia imprescindible que debería enseñarse en las escuelas.

                                                            José Miguel Casado ©

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