domingo, 11 de marzo de 2012

Tecnología alemana



      Para algunas personas amanece muy pronto todos los días. La mayoría de los trabajadores de este país supongamos que se levantan a las seis de la mañana para trabajar en una fábrica textil o en una fábrica de galletas o en una frutería. Supongamos que cobran mil y pocos euros al mes. Si tienen un convenio medio bueno. Que ya es suponer. Hace unos años, antes de la crisis, la inocente sociedad en la que vivíamos acuñó el concepto del mileurismo y los mileuristas. Hoy eso es una quimera. Ojalá muchos de los trabajadores de este país fuesen mileuristas. No quiero aventurar números pero diría que ojalá la mitad de los trabajadores de este país fuesen mileuristas. Con la reforma laboral de Rajoy y la inefable ministra de trabajo de rostro picassiano Fátima Báñez, dicen que es una reforma laboral favorable para el trabajador y tan avanzada como las condiciones laborales alemanas. Tecnología alemana a su alcance. Es decir que con un sueldo pre-reforma laboral de por ejemplo, 1200 euros que cobraba un solo trabajador, ahora ese sueldo se repartiría entre dos trabajadores además se le sumaría el chollo del despido. Chollo para el empresario, claro. Se prima la cantidad sobre la calidad de los empleos y actuando como un ingrediente fundamental en ese potaje de confusión y sinsentido, los empleos basura de 420 euros por cuatro o cinco horas al día. O la ocurrencia peregrina de que los parados que están cobrando un subsidio hagan trabajos sociales. Esto es: hagan el trabajo de un barrendero o de un conserje y con ello se ahorren el sueldo del barrendero o del conserje. Sigo pensando que los únicos que van a sobrevivir a la crisis son los políticos. ¿Alguien ha visto a Zapatero desde que salió del gobierno y cogió su pensión vitalicia de más de 70.000 euros al año?. Quien dice ZP dice Rajoy, dice Cospedal, o cualquier político que se lo lleve calentito. Pues eso. Toma el dinero y corre. El postre es el menú de despidos a la carta para los empresarios. Tú te vas por esto y no por lo que tú crees y punto.  Despedir y con el menor coste posible con la puerta abierta a las excusas del “despido por razones objetivas”. Se echa a la calle a los trabajadores que solo pueden callar y ver cómo les dan veinte días por año trabajado y se pisotean sus derechos conseguidos treinta años antes. Rajoy dice que hay que ver cómo sois, qué mal rollo que me habéis convocado una huelga general antes de que pasen cien días de gobierno. Qué cabrones que sois. ¿Qué esperaba este hombre? ¿que los sindicatos le dieran las gracias y lo invitaran a una caña por lo bien que lo ha hecho?. Una reforma laboral por decreto que no ha dejado ni que los principales interlocutores sociales dialoguen, es una reforma laboral que nace muerta. También hay que mirar el dato de que si tenemos que esperar a que la CEOE y los sindicatos se pongan de acuerdo en algo nos dan los santos óleos podríamos perder físicamente alguna generación. No obstante ya se está perdiendo alguna y la gente se está yendo a Alemania a buscarse la vida. Aquí no tenemos vergüenza mientras dejemos que los tomates marroquís estén en nuestros mercados y dejemos que nuestros agricultores vayan a la ruina, mientras bebamos leche francesa y nuestros ganaderos tengan que tirarla porque Bruselas dice que tenemos demasiada o mientras los chinos nos copien el jamón de Jabugo y lo vendan a 1700 euros la pieza. Mientras dejemos que pase todo eso es que somos un país de simplones y de gilipollas. O las dos cosas juntas. Que le pregunten a Noruega y a los noruegos por qué no entraron en la Unión Europea. ¿Que tenemos que compartir nuestro petróleo con todos estos rebaña peroles europeos sin sacar ni su precio a cambio?, ¿Que Alemania es la madre y Francia es el padre?. Uníos vosotros que sois tan civilizados y compartís hasta la mujer como hermanos. O como primos.
                                                                     José Miguel Casado ©


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